Año 1949. Tan solo meses después del nacimiento de una marca icónica como lo es Land Rover, Costa Rica recibe el primero de los vehículos que posteriormente se convertirían en un referente mundial.
Décadas más tarde, un país tan cafetalero como el nuestro encontraba la máquina perfecta para que nuestros agricultores pudieran optimizar su labor y su producción.
Land Rover y el café encontraron un idilio eterno en Costa Rica, un país que acogió a la marca británica con los abrazos abiertos.
En Motores Británicos acogimos este idilio con ilusión, convirtiéndonos en una extensión de esta bella alianza entre dos productos tan diferentes. Hoy en día, todos nuestros clientes disfrutan en las instalaciones del grupo y en otras actividades de un delicioso café elaborado a partir de la fusión de varias cosechas de Tarrazú.